Si siempre has querido tener una alberca, tienes que leer esto. Cuando construyes alguna ampliación en tu casa o construyes tu casa nueva, siempre tendrás que estar pendiente del mantenimiento, la pintura de las paredes, alguna gotera que aparezca en las épocas de lluvia, una filtración en algún baño, todo hay que arreglarlo antes que eso sea un problema mayor, con más trabajo y más costo. Cuando tienes una alberca, que tanto has deseado, esa felicidad se viene al suelo si no le das el mantenimiento adecuado.
Un buen mantenimiento le dará a tu alberca mucho tiempo para disfrutarla, debes estar pendiente del manual que te entregaron los que la instalaron, eso es algo que no puedes perder ni dejar de lado, consúltalo y cumple rigurosamente sus indicaciones. En este libro de ideas te estaremos dando indicaciones que te servirán para hacer un buen mantenimiento, pero debes personalizar estas indicaciones según el tipo de alberca y el modelo que tienes en tu casa. Disfruta y guarda estas recomendaciones que te pueden servir en el futuro, para que tu alberca sea un motivo de disfrute y no una pesadilla.
1. El mantenimiento de la alberca
Recuerda que no solo tienes que diseñar y construirla sino mantenerla, para que sea un motivo de disfrute de todos y no un dolor de cabeza. Después que has invertido en su construcción, un buen mantenimiento le dará durabilidad a tu alberca, existen varios aspectos que te vamos a señalar pero debes profundizar cada uno, con los que te la han construido e instalado los diferentes componentes, para que tengas presente cada uno de los requerimientos de tu alberca.
Un buen mantenimiento a tiempo se convertirá en más años de uso sin complicaciones.
2. La limpieza de la alberca
Hay dos tipos de limpieza de tu alberca, la limpieza por así decirlo superficial, y la limpieza profunda, en que consiste cada una: la limpieza sencilla o superficial es cuando cada dos días retiras de la alberca todo lo que flote en ella, hojas o cualquier cosa que se encuentre flotando, será más fácil hacerlo así que cuando esto se pudra y se va al fondo acumulándose como desechos.
La limpieza profunda se hace con una aspiradora especial para esa actividad y por lo regulas lo haces una vez por semana. La limpieza profunda que se debe hacer cada semana si no tienes quien la haga o se demora más en hacerla revisa los filtros de la alberca para cerciorarte que estén limpios. Revisa el siguiente punto para que sepas que hacer con los filtros.
3. La limpieza de los bordes de la alberca
4. Los filtros de la alberca
Existen diferentes tipos de filtros: diatomita, cartuchos y arena. Todos requieren limpieza y mantenimiento constantes. Solo como recomendación: sigue las normas que te indiquen los proveedores, no limpies con más frecuencia de la debida, pues el filtrado se vuelve ineficiente. La limpieza semanal te impedirá un gasto mayor en cloro y otros químicos.
5. Los niveles de agua
Mantén los niveles de agua adecuados. Estos pueden disminuir por simple evaporación o por el uso que se le de, que salpica el agua hacia afuera. Si tienes un buen nivel de agua, según lo establecido para tu alberca, la bomba funcionará correctamente y no se perjudicará por exceso de trabajo.
Al poner a funcionar la bomba, para que filtre el agua, esta debe estar al menos en la mitad de las ventanas que están en las paredes de la alberca, para que el agua entre por ellas, esto tómalo en cuenta cuando la bomba esté funcionando.
6. El pH del agua
El pH del agua es importante verificarlo. Las condiciones saludables para los que usen la alberca, deberá ese nivel estar entre 7.2 y 7.8. De esta forma también los filtros y en general el mantenimiento de la alberca funcionará mejor. Puedes comprar unos prácticos medidores de pH que con el cambio de color ya sabes que hacer.
7. El calentador para la alberca
Te apetece una alberca calentita en en esos meses de invierno en que el frío se siente, o por las noches cuando refresca la temperatura y quieres disfrutarla al llegar de tu trabajo, solo coloca un calentador para el agua y problema resuelto.
Requieren poco mantenimiento, pero ese debe hacerlo un profesional experto en la materia. Ya que ese mantenimiento es más delicado, por lo general se hace cada dos años si el calentador es a gas y cada cinco si es eléctrico.
Créditos: Graciela Gómez.